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¿Por qué no me gusta leer?
Muchas personas se hacen esta pregunta en algún momento de sus vidas: ¿por qué no me gusta leer? A pesar de que la lectura es una de las herramientas más poderosas para el desarrollo personal y académico, no todas las personas logran disfrutarla de manera natural. Las razones pueden ser muy variadas y, en la mayoría de los casos, tienen solución. En este artículo, exploraremos algunos factores comunes que pueden explicar esta falta de gusto por la lectura, y cómo se pueden superar.
Mala experiencia escolar
Una de las causas más frecuentes detrás del rechazo a la lectura tiene que ver con las experiencias negativas durante la etapa escolar. Muchas personas asocian la lectura con la obligación, las evaluaciones, la monotonía o textos que no despertaban ningún interés personal. Si desde pequeños se nos impone leer sin darnos opciones ni fomentar el placer por los libros, es natural que más adelante nos preguntemos ¿por qué no me gusta leer?.
Falta de hábito o de tiempo
Leer requiere de práctica y de un entorno que lo facilite. En una rutina marcada por el trabajo, las responsabilidades familiares o el uso constante del celular, encontrar un momento tranquilo para sumergirse en un libro puede parecer imposible. La falta de hábito hace que la lectura se vuelva pesada o aburrida, y de ahí a pensar “¿por qué no me gusta leer?” hay un solo paso. Sin embargo, como cualquier otra actividad, cuanto más se practica, más se disfruta.
Problemas de comprensión o concentración
No todos los lectores tienen el mismo ritmo ni los mismos niveles de comprensión. Algunas personas pueden sentirse frustradas al no entender completamente un texto o al tener que releer varias veces. En otros casos, la dificultad radica en mantener la atención durante períodos prolongados. Esta frustración acumulada puede llevar a pensar que simplemente la lectura “no es lo suyo”, sin sospechar que tal vez un apoyo específico podría revertir esa situación. Una buena orientación, ejercicios de comprensión o técnicas de estudio pueden hacer una gran diferencia.
Elección del material inadecuado
Leer no significa solamente sumergirse en grandes novelas clásicas. Existen muchísimos tipos de lectura: cuentos breves, cómics, revistas, blogs, poesía, artículos de divulgación científica, textos motivacionales, biografías, entre otros. Muchas veces el problema no es la lectura en sí, sino qué se está leyendo. Si nunca te preguntaste qué te interesa de verdad, es probable que los libros que caigan en tus manos no logren atraparte. Y entonces la pregunta vuelve a aparecer: ¿por qué no me gusta leer?
¿Se puede aprender a disfrutar la lectura?
La buena noticia es que el gusto por la lectura puede desarrollarse en cualquier momento de la vida. El primer paso es reconciliarse con la lectura, sin presiones ni juicios. Empezar por textos cortos, temas de interés personal o libros que despierten curiosidad es una excelente manera de empezar. También es válido abandonar un libro si no gusta, probar con audiolibros, leer en formatos digitales o combinar lectura con otras actividades.
Además, espacios como clubes de lectura, cursos virtuales o talleres de escritura pueden ayudar a transformar la lectura en una experiencia social y enriquecedora. Cuanto más se ajusta la lectura a nuestras necesidades e intereses, más fácil se vuelve dejar de preguntarse “¿por qué no me gusta leer?” y comenzar a disfrutar del proceso.